Los Judíos atacaron a Pablo con la siguiente acusación:
“Este persuade a los hombres a que adoren a Dios en forma contraria a la ley.”
¿Sabe usted lo que Pablo estaba haciendo en su ministerio? Él estaba persuadiendo a los hombres para adorar a Dios, que es sinónimo de salvación.
No estamos para evangelizar a los hombres principalmente para evitar que vayan al infierno o para ponerlos en el ámbito de la bendición de Dios. En primer lugar, hemos de evangelizar a los hombres para que puedan adorar a Dios, mostrándoles que vivir separados de adorarle es un afrenta a su naturaleza santa y un acto de rebeldía en Su mundo. El corazón y el alma de la evangelización es llamar a los hombres a adorar al Dios que es digno de adoración.
¡Qué trágico es para el cristiano que entiende que él es llamado y redimido para adorar a Dios, y no adora a Dios totalmente como debería!
En Hechos 24:14a cuando Pablo discutió con Félix su perspectiva sobre la vida, dijo,
“Sin embargo, esto sí confieso: que adoro al Dios de nuestros antepasados siguiendo este Camino [otro término para la fe cristiana] que mis acusadores llaman secta, pues estoy de acuerdo con todo lo que enseña la ley y creo lo que está escrito en los profetas.”(NVI).
Así que Pablo no sólo llamó a la gente a adorar a Dios, él incluyó el hecho de que adoraba a Dios, como parte de su testimonio.
John Macarthur
No hay comentarios:
Publicar un comentario